En Argentina, el uso ilegal de agroquímicos está diezmando las poblaciones naturales de cóndor andino: en poco más de un año, han muerto envenenados más de 100 cóndores en el país y los casos de muerte masiva se siguen repitiendo, a un ritmo que amenaza de extinción a la especie.
La noticia fue dada a conocer hace unas horas por la Fundación Bioandina Argentina en un comunicado de prensa.
Al menos otros 6 cóndores fueron hallados muertos ayer, en la localidad de Perito Moreno, Santa Cruz. Miembros de Fundación Flora y Fauna dieron aviso del hallazgo al Consejo Agrario Provincial (CAP) y Fundación Bioandina Argentina (FBA). De inmediato se organizó un equipo de trabajo, conformado por autoridades del CAP (delegaciones Perito Moreno y Calafate), Fundación Flora y Fauna, FBA, CONICET y, con el apoyo de la Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación (SAyDS), se dirigieron al lugar para investigar lo sucedido.
Una vez en el sitio, el equipo de trabajo evaluó la distribución y el estado de cada uno de los cadáveres. Los animales estaban distribuidos en un área pequeña, junto a un ovino muerto y restos de un zorro, lo que hizo presumir otro caso de envenenamiento.
Los cuerpos sin vida de los animales fueron retirados del lugar para sanear la zona y evitar futuros envenenamientos. Se completaron necropsias en las instalaciones del CAP Perito Moreno y, con el apoyo de Aerolíneas Argentinas, Ecoparque de Buenos Aires y Bioparque Temaikèn, se derivaron muestras para estudios toxicológicos a Buenos Aires, las cuales arrojaron como resultado: envenenamiento por Carbofuran.
Alarma la repetición de casos registrados en la provincia. Hace menos de un año, en la misma localidad, se reportaron 10 cóndores muertos por uso de Carbofuran. En enero de este año, otro cóndor y varias rapaces murieron en Río Turbio por la misma razón y, hace menos de un mes, el Municipio declaró “emergencia medioambiental y sanitaria” por la muerte de más de 60 perros envenenados en la ciudad.
Las autoridades están investigando quién podría haber cometido estos hechos. Desgraciadamente, algunos pobladores usan veneno para tratar de controlar grandes carnívoros (como pumas, zorros o perros). Con ello no solo causan la muerte de especies carroñeras, encargadas de mantener la limpieza del ambiente, sino también contaminan el suelo, el agua y ponen en peligro todas las formas de vida, incluso la salud humana.
Estos lamentables hechos destacan la necesidad de generar leyes nacionales que garanticen la trazabilidad y la prescripción de los agroquímicos, así como reformas al código penal para castigar debidamente estos delitos ambientales, concluye el comunicado de la Fundación Bioandina Argentina.