“En Chevron creemos que nada es más valioso que la vida”, comienza diciendo una voz en off en un video que Adam McKay, el director de “No mires arriba” lanzó en estos días.
En menos de dos minutos de imágenes y sonido, la falsa pieza publicitaria de Chevron se convierte en una audaz obra maestra que deja en ridículo a la gigante petrolera, utilizando el lenguaje propio del greenwashing al que suelen acudir las empresas y los políticos para tapar sus prácticas contaminantes con el propósito de lavar su imagen públicamente.
Adam McKay le corre el velo de una manera despiadada y satírica a los mensajes publicitarios de Chevron, en lo que debiera trasformarse en una pieza comunicacional de culto.
Utilizando las herramientas propias del marketing -música apacible e inspiradora, imágenes tiernas que retratan un mundo feliz y una voz en off envolvente- el director cinematográfico va insertando -con sutileza imperceptible- un mensaje lleno de ironías, al punto que, lo que parecía ser un anuncio publicitario comienza a enlazar un discurso crudamente realista.
“Al fin y al cabo, nos importas una mierda tú, tus extraños hijos y tu estúpido perro, y tenemos miles de millones de dólares para pagar espacios donde emitir este anuncio con sus imágenes ñoñas y su música de mierda”.
Demoledor e irónico al extremo, McKay abofetea las estrategias publicitarias del greenwashing señalando que la pieza publicitaria es extrapolable a Exxon, BP, Shell o cualquier medio de comunicación o político corrupto.