El gobierno provincial planea reubicar unas 50 familias de sectores marginales de Río Ceballos -afectadas por las trágicas inundaciones de febrero pasado- dentro de una vieja cantera con peligro de derrumbes -a metros de un cementerio- con los riesgos sanitarios que implica.
Las familias que intentan relocalizar son las que se quedaron con nada porque perdieron todo. Incluso a algunos las crecidas, además de las casas, les llevaron el terreno donde estaban construidas.
El ingeniero Gustavo Re es experto en restauración de canteras y cuenta con una larga experiencia en esos sitios. Con determinación, Re señala que “si tuviera la decisión en mis manos ni borracho haría un plan de viviendas en una cantera porque se van a encontrar con problemas de aquí a la eternidad. En un lugar como ese se maximizan riesgos de impactos sociales y naturales. Además, edificar al lado de un cementerio, frente a una escuela y en una ladera de montaña es absurdo”, indica el especialista de la Universidad Nacional de Córdoba.

“Si tuviera la decisión en mis manos ni borracho haría un plan de viviendas en una cantera porque se van a encontrar con problemas de aquí a la eternidad»

“A ese lugar yo le veo vocación de recuperarlo para cualquier otra cosa, menos para viviendas”,dice Gustavo Re. El experto en remediación de canteras agrega que “hay que preocuparse también por cómo esta concentración de viviendas influiría en las cuencas de escorrentías y todo lo que atañe a aguas negras y grises, porque al ser un piso de piedra demandaría plantas de tratamiento cloacales específicas.” 
Pedro Ortíz, vecino y docente de la Escuela de Oficios de la UNC, afirma que “el área ha sufrido un nivel de extracción muy grande y contiene amplios paredones con posibilidad de derrumbes y requiere la construcción de taludes, por lo que necesitarán una inversión muy importante para ponerlo en condiciones habitables.
La otra cuestión que genera controversia,prosigue Ortíz, es la cercanía de un antiguo cementerio, ya que una vertiente se activó en la época de lluvias y ahí está el desagüe de una microcuenca que baja hacia el río. Por eso necesitarían una serie de lagunas de contención para que cuando llueva no sea un problema para los vecinos. Todo esto hace que el lugar implique alto riesgo sanitario”, explica Ortíz.

LOS CON NADA

Las demandas desesperadas de los “sin casa”, de los “con nada” se hacen sentir desde que los alojaron en los “Centros de Evacuación” que montaron los municipios serranos tras el desastre de febrero pasado en las Sierras Chicas de Córdoba.
Centros de Evacuación los denominaron generosamente porque no eran otra cosa que amontonaderos de víctimas desahuciadas, sin privacidad ni respuestas sanitarias mínimas, tampoco personal preparado para contenerlos.
De estos amontonaderos, los inundados pasaron a casas de alquiler -las que pudieron conseguir- porque es sabido que estas familias desintegradas y transformadas en nómadas, tuvieron que peregrinar y mucho para conseguir alguien que les alquilara una vivienda, pues los propietarios sabían que el garante era el Estado cordobés y no los aceptaban.
Ante la situación desesperante, la municipalidad de Río Ceballos cedió terrenos de una excantera en barrio Loza. Allí, comenzaron los trabajos de “limpieza” por parte de la empresa adjudicada y también, la polémica por el proyecto para relocalizar a estas familias víctimas de la inundación del «15 F».
Mientras, es evidente la  tensión que existe entre las propuestas que tiene la municipalidad de Río Ceballos y el plan de edificación de la provincia: en tanto el municipio y sectores de las fuerzas vivas elevaban informes y analizaban la factibilidad de la urbanización, las máquinas ya estaban en marcha y avanzaban volteando sectores que estaban con vegetación en pie. En un primer momento, la provincia ignoró estos estudios de la municipalidad por lo que la Dirección de Planeamiento local manifestaba su preocupación por el accionar de la provincia.

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