El gobernador Juan Schiaretti, a fines de abril pasado, fue el encargado de anunciar el envío a la legislatura de un proyecto de ley para la creación de dos nuevas áreas protegidas en la provincia: las reservas de usos múltiples Paravachasca y Río Quilpo. Esta noche los legisladores provinciales finalmente lo aprobaron.
Estos dos nombres tienen, desde hace un tiempo, una fuerte connotación territorial en las regiones de Punilla y Paravachasca por las controvertidas obras para la construcción de autovías.
El anuncio se dio en el marco de la pasada campaña electoral colándose en uno de los puntos más frágiles del oficialismo durante sus 23 años de gobierno: las políticas ambientales aplicadas en territorio provincial.
Quilpo: una larga historia con reservas
Nery Martínez es guardaparque provincial de San Marcos Sierras y uno de los impulsores, desde hace más de una década, de un proceso participativo que comenzó en el 2008 involucrando a un amplio colectivo de instituciones y organizaciones sociales; vecinas y vecinos que participaron de talleres técnicos organizados con el objetivo de resguardar la cuenca media del río Quilpo.
Martínez explica que “allí se establecieron las necesidades de resguardar ese territorio frente a los distintos tipos de impactos que se producían. Propusimos la creación de reservas hídricas, culturales y forestales en un proyecto final”.
Así fue que en el año 2011, vecinos de la comunidad de San Marcos Sierras impulsaron una propuesta para la creación de una reserva natural, forestal y cultural que se llamaría Orco Quebracho del río Quilpo.
En el año 2015 las autoridades provinciales decidieron la creación de una reserva arqueológica pero con la característica que la autoridad de aplicación era la Agencia Córdoba Cultura.
Es decir, actualmente existe una reserva de 27 mil hectáreas donde el gobierno anuncia la creación de una de las nuevas áreas protegidas. Incluso cuando se la creó, el gobierno provincial desestimó otra iniciativa; esta vez de pobladores de Capilla del Monte limítrofes a la reserva Quilpo: la reserva natural, hídrica y forestal Uritorco y sierras de Cuniputo.
En el caso de Quilpo, la propuesta original era una reserva natural, forestal y cultural, mientras que la nueva propuesta es de uso múltiple, lo que genera dudas sobre su enfoque en la conservación ambiental. También se mencionan otras áreas protegidas creadas en la región, algunas en contexto de conflictos por proyectos viales
El guardaparque Martínez explica que “la reserva natural de uso múltiple Quilpo estará destinada a la conservación de actividades productivas que se han desarrollado en el territorio sin afectar los valores ecosistémicos presentes: el bosque de orco quebrachos, los arroyos y vertientes que nacen en esa parte de la cuenca media. También los registros indígenas, la biodiversidad y las contribuciones de la naturaleza al funcionamiento de ese ecosistema presente en la vida de las poblaciones locales. Una de ellas es la ciudad de Cruz del Eje que consume el agua que llega del río Quilpo”.
Ocho años después de la creación de esta reserva arqueológica ingresa la actual propuesta que tiene como condimento positivo establecer como autoridad de aplicación sobre la cuenca de los ríos Pinto, San Gregorio y Quilpo no ya a la Agencia Córdoba Cultura, sino a la Secretaría de Ambiente.
“Esto es importante porque personal de guardaparques y de la Dirección de Áreas Protegidas tendrán injerencia en la gestión ambiental territorial” explica Cristian Schneider, biólogo y docente de la Tecnicatura Universitaria de Guardaparque de la Universidad Provincial de Córdoba.
El especialista agrega que “la propuesta que será aprobada en la Legislatura no tiene que ver con la idea original de los pobladores locales que planteaban una reserva forestal y cultural, sino que tendrá otra categoría. Esto puede generar algunas dudas ya que no se enfoca en conservación de valores naturales y servicios ecosistémicos debido a que una Reserva de Uso Múltiple pone el foco en el manejo de los sistemas de uso más que en priorizar la conservación de cuenca, el bosque y algunos valores naturales y culturales”, indica Schneider.
Córdoba arrastra el antecedente de que, desde el año 2018, no se crean áreas naturales protegidas. Precisamente, en aquel año el gobierno provincial creó un área protegida, también con la categoría de reserva de uso múltiple un área muy pequeña con una superficie de 200 hectáreas, en el Río Cuarto, adyacente con el río Chocancharava. Es clara la tendencia a utilizar esa categoría quizás porque resulte la menos conflictiva y la que menos demande a una visión productivista de ciertos actores que dominan los territorios.
Paravachasca: autovía con reserva
Entre el 2003 y 2018 no se creó ningún área protegida en Córdoba. En el 2018, tras 15 años de inacción se crearon dos áreas protegidas en las Salinas de Ambargasta. También, el gobierno provincial dio a luz a la reserva natural forestal Sierras Chicas, pero en un contexto bastante similar al actual: año de altísima conflictividad por el antiguo proyecto de autovía de montaña en Punilla, sobre la ruta 38, ocupando una superficie muy pequeña (3800 hectáreas) con relación a lo que representan los ecosistemas de importancia prioritaria como los serranos. Obviamente, el área protegida no se inmiscuía con las superficies comprometidas con aquel proyecto de autovía.
Claramente, respondía al diseño de un área compensatoria y vislumbraba una política ambiental que no condecía con lo que sucedía en términos de conflictividad del proyecto de la autovía. Al respecto, Cristian Schneider señala que “quizás estas reservas no respondan a un diseño de lo que necesitamos conservar a escala local o regional en forma prioritaria, valorando lo que significan los cordones serranos, las cuencas y el bosque chaqueño serrano con sus diferentes ambientes”.
La mención hace referencia a que la nueva Reserva de Usos Múltiples de Paravachasca coincide con un controvertido contexto donde se desarrollan obras para la construcción de una Autovía en la región: “el acto político ambiental de crear un área protegida va en paralelo con la conflictividad que significan los impactos de esas obras y los cuestionamientos que se plantean. La sensación es que hay un intento de compensación más que de crear áreas protegidas en lugares prioritarios”.
Treinta áreas naturales ¿protegidas?
Córdoba cuenta con 30 áreas protegidas y hasta comienzos de 2022, sólo 8 tenían guardaparques. Actualmente, se incorporaron 10 más. “Esto último es algo muy positivo”, indica Schneider y agrega que “se prevé la incorporación de 10 más que se sumarían a un caudal de unas 32 personas con diferentes funciones asignadas a las áreas protegidas; aunque no todas ellas trabajando en el territorio”.
El biólogo y docente de la Tecnicatura Universitaria de Guardaparque comenta que “en un monitoreo que realizamos entre 2015, 2019, 2021 y 2022, se nota una ausencia de continuidad de políticas, una disminución en el apoyo al trabajo territorial y un desgaste en el personal, por lo cual terminan renunciando o pidiendo el pase a otras funciones porque en el territorio no tienen apoyo, herramientas, equipamiento, destacamentos, vehículos, financiamiento ni ejecución presupuestaria”.
Actualmente existen alrededor de 3.400.000 hectáreas de territorio provincial dentro de áreas protegidas. Hasta hace poco, sólo 8 de las 30 reservas naturales tenían guardaparques, pero se está trabajando para mejorar la situación con la incorporación de más personal y fondos del CFI (Consejo Federal de Inversiones)
A su turno, Nery Martínez indica que “la categoría de uso múltiple implica contemplar actividades culturales e históricas como la ganadería de monte, agricultura agroecológica y desarrollo basado en el turismo comunitario”.
El guardaparque da cuenta que “los usos restringidos deberán establecerse en un plan de gestión llevado adelante por instituciones académicas y científicas. Las universidades de Córdoba deberían plantear el plan de gestión de estas nuevas reservas teniendo en cuenta la participación de la comunidad que vive en el lugar” y agrega que “se requiere garantizar la protección de la futura área de conservación y cumplir con sus objetivos evitando que proyectos externos la afecten. Actualmente esto es un tema de discusión sin definir».
Finalmente, Nery Martínez destacó la importancia de que se concrete cuanto antes el área natural protegida “porque la gente lo necesita, como también es necesario que se respete lo decidido por la comunidad con relación a las categorías trabajadas y los limites definidos junto a los propietarios y técnicos de Áreas Naturales Protegidas”.